Si el mundo se acabara hoy
y lo supiera
no haría nada distinto:
Nunca he sido de esos
que en el último minuto
se atragantan.
Nada diferente:
Tú,
yo,
el aire.
Disfrutaría con lupa
la silueta de las migajas del pan diario
repasaría con la lengua detenidamente
los sabores que te forman,
me acostaría con la ventana abierta
a que viéramos el cielo derrumbarse
que aún el fuego es hermoso en su bravura.
(sin título)
y entre la densura de esta furia pánica
parece que la tierra nos quisiera decir algo,
algo de ciclos roncos y de muerte
algo que recuerda
nuestra prescindible miniatura.
pero no entendemos su lenguaje ni su lógica.
Emiliano Álvarez.
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